Reciclaje de aluminio: un ejemplo en la industria
Es nuestra responsabilidad ser cada día más conscientes en los procesos de reciclaje y la huella que dejan nuestras acciones en el planeta. Piense por un momento en todos los materiales que utilizamos cada día.
Por ejemplo, cada día consumimos bebidas en lata que al terminar arrojamos en la papelera de reciclaje. Entonces ¿cómo funciona el reciclaje de aluminio? En este caso el consumidor arroja las latas de aluminio en la papelera de reciclaje… y allí inicia el proceso. El moderno proceso de reciclaje de aluminio es rápido y eficiente, y eso es de vital importancia ya que gran parte de este metal eminentemente práctico está ahora disponible para reprocesamiento y reutilización.
Para iniciar el reciclaje de aluminio, todo estas latas y otros objetos de este material son recogidos y transportados hasta una planta de tratamiento.
En la planta de tratamiento, el aluminio se clasifica y se limpia para su reprocesamiento. Luego pasa por un proceso de refundición y se convierte en aluminio fundido, esto elimina los recubrimientos y tintas que pueden estar presentes en el aluminio.
Para seguir con el proceso de reciclaje de aluminio, el material se convierte en bloques grandes llamados lingotes. Cada lingote contiene alrededor de 1,6 millones de latas de bebidas. Los lingotes se envían a los molinos donde se laminan, esto le da al aluminio una mayor flexibilidad y resistencia.
Luego, esto se convierte en productos de aluminio como latas, envoltorios de chocolate y envases de comida preparada.
La realidad es que el proceso de reciclaje de aluminio es bastante directo, rápido y eficaz: en tan solo 6 semanas, los productos de aluminio reciclado se envían de regreso a las tiendas, listos para ser utilizados nuevamente.
La realidad es que la industria del reciclaje de aluminio ha establecido un estándar impresionante para que lo sigan otras industrias de reciclaje. Los esfuerzos a largo plazo para promover el reciclaje y la reutilización del aluminio han dado buenos resultados, y ningún material de producto se devuelve con más frecuencia a las plantas de reciclaje (en porcentaje) que el aluminio. A nivel mundial, aproximadamente el 67 por ciento de todas las latas de aluminio compradas por los consumidores se reciclan. Para poner eso en perspectiva, solo el nueve por ciento de las botellas de plástico se reciclan actualmente. De hecho, el 75 por ciento del nuevo aluminio producido desde la década de 1880 todavía se utiliza de una forma u otra.
El proceso de reciclaje de aluminio es tremendamente eficiente. Sólo el cinco por ciento de la energía invertida en la creación de nuevos suministros de aluminio se requiere para reciclar la misma cantidad, y debido a que el aluminio es infinitamente reutilizable, no hay pérdida de calidad una vez finalizado el proceso de reciclaje.
